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COVID-19 y lesiones de la médula espinal

Coronavirus y LME

Esta información está actualizada a octubre de 2020. Consulte el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para ver información de último momento y actualizada: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/index.html.

Un nuevo virus se descubrió en 2019. Como es singular y no existía previamente, se lo llama un virus novedoso. Esta cepa de virus específica, aunque es nueva, pertenece a una familia de virus llamados SARS (las siglas en inglés de Severe Acute Respiratory Syndrome, síndrome respiratorio agudo grave). En febrero de 2003, el SARS-CoV (coronavirus asociado con el síndrome respiratorio agudo grave) se propagó por todo el mundo. Posteriormente, se lo comenzó a denominar con la versión más corta SARS.

El nombre que se le dio a este virus de 2019 es Corona porque cuando se lo mira con un microscopio, la superficie con espigas tiene el aspecto de las puntas de una corona. El nombre COVID-19 es la forma abreviada de “COrona (CO) VIrus (VI) Disease (D) discovered in 2019” (enfermedad por coronavirus descubierta en 2019) o COVID-19. Como se trata de un virus novedoso, se desconoce cómo funciona con exactitud. Todos los días se descubre algo más sobre él.

Aunque sabemos poco sobre este virus específico, sí sabemos algunas cosas sobre los virus en general. Un virus tiene un propósito en la vida, que es sobrevivir. Se multiplicará y mutará (alterará su estructura) para seguir viviendo. Los virus cambian de forma para mantenerse vivos; por lo tanto, pueden ser difíciles de tratar. Las personas que tienen un virus son contagiosas, ya que ese virus quiere propagarse para mantenerse vivo.

Los virus se comportan de una manera determinada. Son sumamente diminutos, lo que hace que les resulte más fácil ingresar a las células del cuerpo. Un virus no es una célula sino proteína rodeada por una piel externa con espigas denominada envolvente. Una vez que esté dentro de una célula del cuerpo, el virus reemplazará el proceso de duplicación natural de las células con el proceso de duplicación del virus. La célula deja de reproducirse a sí misma y, en cambio, reproduce el virus. Así, puede desplazarse por todo el cuerpo, de modo que se puede propagar con facilidad y rapidez en nuestro interior.

A diferencia de los virus, las bacterias son mucho más grandes. Viven en superficies del cuerpo o en el interior del cuerpo y se replican solas, de modo que suelen permanecer en un lugar. Recién cuando se multiplican en gran medida se propagan a otras áreas, típicamente ingresando a las células o a la corriente sanguínea. Las bacterias no reemplazan el mecanismo de duplicación de las células; tienen una pared celular y pueden sobrevivir y reproducirse por sí solas. Incluso tienen una pequeña cola que las ayuda a trasladarse.

Como los virus ingresan en las células del cuerpo, las invaden y las controlan, hay pocos tratamientos para ellos. Las bacterias son “habitantes más superficiales” de las células. Esta distinción es lo que permite que las bacterias sean tratadas con antibióticos creados en laboratorios. Los virus no tienen cura, sino que se desarrollan vacunas para destruirlos en el cuerpo o para prevenir su ingreso a las células.

El virus de la COVID-19 se propaga con rapidez; se transmite de una persona a otra a través de las gotitas del sistema respiratorio con la tos y la saliva de una persona infectada a las membranas mucosas de otra persona. Las membranas mucosas son las aberturas húmedas como los ojos, los orificios de la nariz, la boca, los genitales o el recto. El virus puede trasladarse flotando en corrientes de aire para pasar de una persona a otra, vivir en superficies que posteriormente se tocan, transmitirse a través del contacto directo como al tocarse, besarse o con otros contactos físicos, o propagarse por otros métodos que todavía no se han descubierto.

Los virus mutan o cambian para adaptarse a lo que amenace su existencia. Existen numerosas cepas del virus de COVID-19. Se desarrollarán muchas más a medida que se implementen tratamientos y vacunas.

El ingreso al cuerpo se produce cuando uno entra en contacto con la gotita contaminada ya sea por respirarla o por tocar con el virus una membrana mucosa. Las personas que contraen COVID-19 tienen una diversidad importante de maneras de cursar la enfermedad. Algunos individuos son asintomáticos (no tienen ningún síntoma), otros son sintomáticos no severos (controlan los síntomas en la casa), y hay presentaciones respiratorias y sistémicas severas (requieren hospitalización o tratamiento en cuidados intensivos). Se estima que un 80 % de las personas que tienen COVID-19 se recuperan sin cuidados médicos avanzados.

Qué sucede cuando la COVID-19 ingresa al cuerpo

Las membranas mucosas (las superficies húmedas en las aberturas del cuerpo) ofrecerán una entrada para la COVID-19. Si una gotita de COVID-19 ingresa al cuerpo, tendrá preferencia por el sistema respiratorio, ya que hay muchos receptores ACE-2 (enzima convertidora de angiotensina 2) en las células. Los receptores ACE-2 son proteínas que permiten que la COVID-19 acceda con facilidad a las células. La espiga del virus de COVID-19 se fija al receptor ACE-2 e ingresa a la célula del cuerpo. Hay muchos receptores ACE-2 en la profundidad de los pulmones; por eso la COVID-19 afecta la respiración de manera tan grave. También hay receptores ACE-2 en otros lugares del cuerpo, incluso en las arterias, el corazón, los riñones y los intestinos.

La COVID-19 afecta al cuerpo al activar el sistema inmunológico, que está controlado por el sistema nervioso autónomo (SNA). El sistema inmunológico es la parte del cuerpo que reacciona ante bacterias, virus, parásitos y hongos. Los virus son percibidos por el sistema inmunológico del cuerpo a través de sustancias que luchan contra las infecciones, incluidos los glóbulos blancos y las citocinas, pequeñas proteínas naturales que se desplazan por la sangre e impiden que los virus ingresen a las células del cuerpo. Estas sustancias le indican al cerebro a través del SNA que han detectado la presencia de un invasor o un patógeno.

El SNA le indica al cuerpo que produzca anticuerpos naturales, que son proteínas producidas por los glóbulos blancos para capturar a los patógenos y liberar al cuerpo de ellos cuando se los detecta. Los anticuerpos naturales son producidos por el cuerpo. Con frecuencia, se requiere este estímulo de anticuerpos adicional para ayudar a combatir una infección con rapidez y eficiencia.

Si el virus se multiplica con demasiada rapidez como para que el SNA lo detenga, la infección se propaga. El SNA puede estar afectado por una lesión de la médula espinal (LME) que cause una respuesta lenta para detectar una infección o una capacidad lenta para producir anticuerpos naturales para controlarla. La COVID-19 es causada por un virus que afecta al sistema respiratorio pero que se seguirá duplicando por todo el cuerpo y afectará a todos los órganos principales, en especial si el SNA no puede responder con efectividad o rapidez. En las personas afectadas por una lesión de la médula espinal hay mayor riesgo de que el virus ingrese a través de la uretra o el recto mientras se realizan los cuidados personales.

Otros órganos importantes del sistema inmunológico son el sistema linfático y el bazo. El sistema linfático es la sección de eliminación principal del sistema inmunológico. Hay ganglios linfáticos a lo largo de todo el cuerpo que atrapan a cualquier invasor extraño y lo neutralizan usando glóbulos blancos, en especial los denominados leucocitos. Los leucocitos se producen en la médula ósea. Cuando uno tiene una infección, es posible que observe un bulto cerca de la zona afectada. Es probable que sea un ganglio linfático hinchado que está haciendo lo que debe, es decir, eliminar lo que sea perjudicial para el cuerpo.

El bazo está debajo de las costillas, abajo del pulmón izquierdo; su función es filtrar la sangre para destruir material extraño. También almacena los patrones correspondientes a los anticuerpos naturales hasta que son necesarios. Una vez que un patógeno ha sido documentado dentro del cuerpo, el bazo almacena la información que se va a usar en caso de que el patógeno reaparezca.

En la COVID-19, como en otras inspecciones que se propagan con rapidez, hay un desequilibrio en el sistema inmunológico, en especial en el agotamiento de células T (que combaten los patógenos) y la producción de demasiadas citocinas. Esto produce un síndrome de “tormenta de citocinas” (CSS, por sus siglas en inglés) o demasiadas citocinas simultáneamente en el cuerpo. La función de las citocinas es ayudar a liberar al cuerpo de las infecciones, pero en el CSS, se producen demasiadas citocinas que también comienzan a destruir tejido sano. Esta tormenta de citocinas se observa en la mayoría de los casos severos y fatales de COVID-19.

Algunos efectos de la COVID-19 en el cuerpo incluyen cambios en el sistema respiratorio, pero además lo siguiente: síndrome de tormenta de citocinas (CSS), fiebre continua o intermitente durante un tiempo prolongado, tos, dificultad para respirar, dolores corporales intensos, mareos, dolor de cabeza, reducción de la consciencia, enfermedad cerebrovascular crítica incluso accidente cerebrovascular, pérdida de control de los movimientos del cuerpo, convulsiones, alteraciones en el sistema nervioso periférico (SNP), pérdida del gusto y el olfato, coágulos de sangre en vasos pequeños o émbolos en el intestino, cambios vasculares a lo largo de todo el cuerpo, cambio de color en los dedos de los pies y/o las manos (conocido como dedos de COVID) y síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés). Se ha observado que estos cambios son temporales, así como que tienen consecuencias a largo plazo.

Síntomas de la COVID-19

Los síntomas de la COVID-19 aparecen de 2 a 14 días después de la exposición al virus. Una persona puede ser contagiosa de la COVID-19 antes de que los síntomas aparezcan o quizá incluso sin haber tenido nunca síntomas. La mayoría de las personas que tienen COVID-19 tendrá una fiebre de 100.5 F (38 °C). La lista de los síntomas de COVID-19 evoluciona, pero incluye los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Falta de aire o dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Dolores musculares o corporales
  • Dolor de cabeza
  • Pérdida del gusto o el olfato que es nueva
  • Dolor de garganta
  • Congestión o secreción nasal
  • Náuseas o vómitos
  • Diarrea

Factores de riesgo para la COVID-19

Todas las personas tienen igual probabilidad de contraer COVID-19 si están expuestas. Existen factores de riesgo que pueden afectar la gravedad del curso del virus. Una persona puede no tener ningún factor de riesgo e igualmente presentar un caso grave. Hay personas con múltiples factores de riesgo que han tenido casos leves. Sin embargo, las personas con factores de riesgo sí tienden a presentar casos más graves. Los factores de riesgo incluyen:

Edad: El riesgo de contraer COVID-19 está avanzando en grupos de menor edad. Se piense que en los niños el riesgo se ve aumentado por afecciones médicas que incluyen, entre otras cosas: obesidad, complejidad médica, trastornos genéticos severos, trastornos neurológicos severos, trastornos metabólicos heredados, cardiopatía congénita (desde el nacimiento), diabetes, asma y otras enfermedades pulmonares crónicas e inmunodepresión debida a enfermedades malignas o a medicamentos que debilitan la inmunidad.

Una complicación poco frecuente de la COVID-19 en los niños es el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una afección grave que inflama diversas partes del cuerpo. Los síntomas de MIS-C incluyen fiebre y algunos o todos los síntomas que siguen: dolor abdominal (de panza), vómitos, diarrea, dolor de cuello, erupción, ojos inyectados en sangre o sensación de cansancio excesivo. Actualmente se desconoce la causa exacta del MIS-C.

Los adultos jóvenes pueden contraer COVID-19 al igual que las personas de cualquier edad. Quienes presentan casos más severos tienden a tener estos factores de riesgo: obesidad o sobrepeso, asma, tabaquismo, uso de vapeadores o antecedentes de tabaquismo y/o uso de vapeadores.

Los adultos mayores de 65 años de edad y más aparentemente presentan casos más severos con aumento de la severidad proporcional al aumento de la edad. Es probable que esto se deba a que el sistema inmunológico se hace más lento. Como parte normal del envejecimiento, el desarrollo de las células T que combaten las infecciones se vuelve menos efectivo.

Raza/etnia: Desde el punto de vista genético, todos los seres humanos son iguales. La raza no afecta la COVID-19; sin embargo, los valores culturales, sociales, económicos, de educación y ritualistas de un grupo de personas pueden afectar el riesgo de contraer COVID-19. Hay una mayor proporción de personas negras, latinas, indígenas americanas y nativas de Alaska hospitalizadas por COVID-19 que la población general. La mayoría de los sistemas de clasificación se aferran al uso arcaico de la raza como diferenciación para fines evaluatorios.

Género: Los hombres se ven afectados por COVID-19 con mayor frecuencia con resultados más deficientes que las mujeres. Se han sugerido diversos motivos para la diferencia, aunque todavía no se ha estudiado una variación específica al género en los EE. UU. Algunas teorías sugieren que los hombres podrían verse más afectados debido a más afecciones subyacentes que las mujeres. Los factores de riesgo de cardiopatía, hipertensión e insuficiencia hepática históricamente han prevalecido más en los hombres, pero ahora se están igualando entre los géneros. Los hombres tienen mayor concentración de enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2) en la sangre, lo que le facilita a la COVID-19 el ingreso a las células. Las mujeres tienen un cromosoma X más largo que puede que mejore su sistema inmunológico. Hasta ahora, estas son teorías. Se desconoce el motivo de las diferencias entre los géneros.

Afecciones médicas: Muchas afecciones médicas existentes afectan la severidad de la COVID-19. La mayoría de estas afecciones tienen como consecuencia la inmunodepresión y la inflamación interna del cuerpo. Algunos ejemplos son:

  • Cáncer
  • Insuficiencia renal crónica
  • EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
  • Afecciones cardíacas, como insuficiencia cardíaca, arteriopatía coronaria y cardiomiopatías
  • Estado inmunodeprimido (sistema inmunológico debilitado) por el trasplante de un órgano sólido
  • Obesidad (índice de masa corporal [IMC] de 30 kg/m2 o mayor pero <40 kg/m2)
  • Obesidad severa (IMC ≥40 kg/m2)
  • Anemia falciforme
  • Tabaquismo
  • Diabetes mellitus tipo 2
  • Uso de ciertos medicamentos
  • Pobreza y hacinamiento
  • Determinadas ocupaciones
  • Embarazo

Algunas afecciones médicas pueden aumentar la severidad de la COVID-19. Las siguientes afecciones están en estudio:

  • Asma (moderada a severa)
  • Enfermedad cerebrovascular (afecta los vasos sanguíneos y el suministro de sangre al cerebro)
  • Fibrosis quística
  • Hipertensión o presión arterial alta
  • Estado inmunodeprimido (sistema inmunológico debilitado) por trasplante de sangre o de médula ósea
  • Deficiencias inmunológicas, VIH, uso de corticosteroides, o uso de otros medicamentos que debilitan el sistema inmunológico
  • Afecciones neurológicas, como demencia (y lesión de la médula espinal)
  • Insuficiencia hepática
  • Sobrepeso (IMC >25 kg/m2, pero <30 kg/m2)
  • Embarazo
  • Fibrosis pulmonar (tener tejido pulmonar dañado o con cicatrices)
  • Talasemia (un tipo de trastorno de la sangre)
  • Diabetes mellitus tipo 1

Uso de ciertos medicamentos: Se ha observado que algunos medicamentos que se toman de forma rutinaria afectan la severidad de la COVID-19. Información no documentada indica que los suplementos melatonina, vitamina D y zinc reducen la severidad y el curso de la COVID-19. El medicamento antirreflujo famotidina, tomado a largo plazo antes de contraer COVID-19, parece causar que haya menos efecto de síntomas de COVID-19 y menos duración de la enfermedad. Estos suplementos y medicamentos no deben tomarse de forma aleatoria, ya que pueden afectar el cuerpo, acumularse en niveles tóxicos como sucede con la vitamina D e interactuar con otros medicamentos y alimentos. Consulte con su profesional de cuidados de la salud antes de agregar o cambiar medicamentos o suplementos. Todavía no se han identificado medicamentos que aumenten el avance de la COVID-19.

Pobreza y hacinamiento: Las personas que viven en la pobreza tienen menos capacidad para obtener alimentos y equipos de protección personal para reducir el riesgo de contraer COVID-19. Tienen menos oportunidades de cuidados de la salud en caso de enfermarse. Con frecuencia, esto da lugar a menos tratamiento de afecciones subyacentes y de necesidades de cuidados urgentes o de emergencia en caso de desarrollar síntomas. Además, es posible que vivan en condiciones de hacinamiento o con múltiples familiares en la misma vivienda. Es más probable que tengan ocupaciones que requieran trabajar en contacto muy estrecho con otras personas. El contexto físico y la incapacidad para obtener suministros necesarios para reducir los riesgos suelen no ser conducentes para evitar la enfermedad.

Ciertas ocupaciones: Las personas que deben trabajar en condiciones de hacinamiento o en áreas de alta densidad corren mayor riesgo de contraer COVID-19 debido a la mayor exposición. Los trabajadores de cuidados de la salud, los trabajadores esenciales o quienes trabajan en cualquier empleo que implique el contacto estrecho con otras personas tienen aumentado el riesgo.

Embarazo: Las mujeres embarazadas desarrollan COVID-19 y son hospitalizadas en la UCI y colocadas en respirador mecánico en mayor número que las mujeres no embarazadas. El motivo no queda claro, pero hay teorías que sugieren que podría deberse a afecciones subyacentes de una edad materna mayor, un índice de masa corporal más alto y diabetes o hipertensión preexistente. El hipermetabolismo del embarazo también podría ser un factor.

Factores de riesgo para la COVID-19 de las personas con lesión de la médula espinal

En las lesiones de la médula espinal, el sistema nervioso autónomo (SNA) resulta afectado tanto por el traumatismo como por las afecciones médicas. Puede que el SNA no envíe de manera efectiva el mensaje de que hay un virus presente o que no ponga en funcionamiento el sistema inmunológico para combatir el virus, o ambas cosas a la vez. La respuesta lenta del SNA puede permitir que cualquier infección se duplique y propague rápidamente.

La inmunodepresión es una reducción de la efectividad de la respuesta del cuerpo a las bacterias y los virus. Después de una LME, el sistema inmunológico pierde fuerza. Esto se debe a que después de una lesión de la médula espinal es posible que los mensajes sobre virus y bacterias no se transmitan al cerebro para que el cuerpo inicie una respuesta temprana o efectiva. Las personas inmunodeprimidas corren mayor riesgo de presentar casos severos de COVID-19.

En el momento de una enfermedad o lesión de la médula espinal, el proceso de inflamación se hace cargo de la situación y amortigua el sitio de la lesión para intentar corregir la zona donde la médula espinal está afectada. Esta es una respuesta normal del cuerpo a la lesión. A medida que pasa el tiempo, el cuerpo sigue suministrando líquido adicional a la zona dañada de la médula espinal, el cerebro o ambos ya que intenta corregir cualquier lesión. Esto después se convierte en una inflamación crónica. El control de la inflamación crónica es difícil porque el cuerpo ahora se ha adaptado a una nueva manera de funcionamiento.

Las complicaciones secundarias de la lesión de la médula espinal forman parte también del riesgo de sufrir COVID-19 y de la posible severidad de la enfermedad:

Disfunción del sistema nervioso autónomo: Una lesión de la médula espinal afecta al SNA. Esto se manifiesta a través de numerosos problemas, como la reducción del ritmo del sistema cardiovascular (pulso lento y presión arterial baja), la disminución de la respuesta vascular (hipotensión ortostática, mayor riesgo de formar coágulos de sangre), dificultades con la respiración y tos. La respuesta inmunológica se vuelve más lenta.

La diabetes es una complicación de la LME, en especial debido a la falta de movimiento en el cuerpo. Además, afecta la respuesta inmunológica del cuerpo a todas las bacterias y los virus.

La insuficiencia cardíaca puede surgir por la falta de movimiento o de ejercicio, como por hábitos alimenticios deficientes o factores genéticos.

Las infecciones respiratorias o de las vías urinarias también aumentan el riesgo de contraer COVID-19. Una respuesta inmunológica deficiente a una infección existente disminuye la capacidad del cuerpo para combatir otra infección. Una menor capacidad para toser o eliminar los residuos de los pulmones permite que los gérmenes se acumulen. Las personas que usan un catéter corren mayor riesgo de que virus y bacterias ingresen al sistema urinario estéril.

Las lesiones por presión abiertas son otra vía de entrada para que virus y bacterias ingresen al cuerpo. La COVID-19 ingresa al cuerpo a través de membranas mucosas; una lesión abierta es una vía de entrada para virus y bacterias.

El bazo es el órgano principal que tiene el cuerpo para combatir infecciones. Una persona con una enfermedad que le afecta el bazo o que tuvo un traumatismo en el bazo o cuyo bazo fue extirpado, corre mayor riesgo de sufrir infecciones.

MIS-C pediátrico

Muchos niños, al igual que algunos adultos, presentan casos mucho más leves de COVID-19, pero igualmente requieren atención médica. Si su hijo tiene una LME, está inmunodeprimido y se puede presentar el peor escenario del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) asociado con la COVID-19. No todos los niños tienen todos los síntomas. El diagnóstico se hace cuando están algunos o la totalidad de los síntomas siguientes:

  • Fiebre
  • Dolor abdominal
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Dolor en el cuello
  • Erupción
  • Ojos inyectados en sangre
  • Sensación de cansancio excesivo
  • Busque ayuda médica de emergencia si su hijo presenta lo siguiente:
  • Problemas para respirar
  • Dolor o presión en el pecho que no desaparece
  • Confusión que es nueva
  • Incapacidad para despertarse o mantenerse despierto
  • Labios o rostro azulado
  • Dolor abdominal intenso

La exposición en los niños puede ser de hasta cuatro semanas antes de la aparición de los síntomas. Es posible que su hijo tenga una prueba para detectar COVID-19 con resultado positivo. El portador de COVID-19 puede exhibir o no síntomas. Usted podría desconocer cómo se contrajo la enfermedad. Cualquier persona de la casa que tenga exposiciones al mundo exterior no debe estar expuesta a su hijo.

Si su hijo ha estado expuesto a COVID-19, debe ser aislado y se debe notificar a su profesional de cuidados de la salud. Deben continuarse las medidas de protección con el lavado de manos, el aislamiento, la práctica del distanciamiento social y la reducción del número de exposiciones.

El MIS-C tiene muchos de los mismos síntomas que la enfermedad de Kawasaki, por lo cual esos síntomas no se vincularon directamente a la COVID-19. Los síntomas de la enfermedad de Kawasaki son fiebre, erupción, hinchazón de manos y pies, irritación y enrojecimiento de la parte blanca de los ojos, hinchazón de los ganglios linfáticos del cuello e irritación e inflamación de boca, labios y garganta. Con cualquiera de estas enfermedades, MIS-C o Kawasaki, un niño está sumamente enfermo y requiere atención médica; no pierda tiempo reflexionando o intentando entender. Llame al 911.

Si siente que su hijo está en peligro, llame al 911. No dude. La COVID-19 puede avanzar con rapidez por el cuerpo. Se necesita atención de emergencia si el niño tiene estos síntomas: problemas o dificultad para respirar, falta de aire que afecta hablar o moverse, confusión, mareos, somnolencia, desmayos, dolor de pecho, frío, sudoración, color pálido, se pone azul o tiene manchas en la piel. Llame al 911.

¿Es un resfriado, gripe o la COVID-19?

Los síntomas de un resfriado, gripe y la COVID-19 se superponen. Puede resultar bastante confuso distinguirlos. La tabla, publicada por los CDC, puede ayudar a determinar cuál podría ser. Solo se sabe si se tiene la COVID-19 haciendo pruebas. Siempre consulte a su profesional de cuidados de la salud para tomar una determinación sobre su salud y los tratamientos.

Pruebas para detectar la COVID-19

Si tiene síntomas o ha estado cerca de alguien con COVID-19, debe llamar a su proveedor de cuidados de la salud, que le dará instrucciones sobre dónde puede hacerse las pruebas. A menos que se trate de una emergencia extrema, las personas infectadas no deben acudir a consultorios médicos ni a hospitales para evitar propagar el virus a terceros. Si tiene dificultad para respirar, estado mental disminuido u otra emergencia, siempre debe llamar al 911. Infórmeles que tiene sospecha de que se trata de COVID-19 para que el personal de emergencia pueda acudir preparado para protegerse ellos y protegerlo a usted.

Se dispone de kits de pruebas y sitios que hacen pruebas. El kit de pruebas, que comprende un hisopo nasal profundo o una prueba de recolección de saliva indicará si tiene o no COVID-19. Los resultados pueden obtenerse en 24 a 72 horas, según cuál sea el proveedor del kit y el volumen de pruebas. Deberá autoaislarse hasta que se conozcan los resultados de su prueba.

Las pruebas de anticuerpos obtenidas a través de una muestra de sangre pueden indicar si se tienen anticuerpos para COVID-19. Si los tiene, es probable que haya tenido el virus.

Quédese en casa autoaislado si está enfermo por cualquier motivo; esto evita la propagación de COVID-19 y de otros resfriados y gripes. Si tiene un caso de COVID-19 pero lo están controlando en casa, quédese en su habitación sin recibir visitas. Los cuidadores pueden asistirlo, pero no quedarse merodeando. Si es posible, designe un baño para su uso exclusivo.

Vacunas y tratamientos para COVID-19

Hay dos caminos para que las personas eviten o traten la COVID-19. Las vacunas se usan para evitar contraer el virus; impiden que el virus ingrese a las células del cuerpo, pero no erradican el virus ya que sigue existiendo en la naturaleza. Se están desarrollando tratamientos para tratar el virus una vez que ha ingresado al cuerpo.

Vacunas

Las vacunas están diseñadas para impedir que los virus ingresen a las células; por ese motivo, son más efectivas antes de que un virus ingrese al cuerpo. Las vacunas funcionan al imitar a un virus: eso permite que el sistema inmunológico desarrolle células T para neutralizar el virus antes de que pueda ingresar a las células del cuerpo. Se conserva una memoria de la célula T específicamente desarrollada para un virus específico.

Existen cinco tipos distintos de vacunas: las vacunas vivas atenuadas son una inyección de un virus debilitado que no producirá la enfermedad, las vacunas inactivadas consisten en un virus muerto, las vacunas toxoides son virus debilitados, las vacunas subunitarias contienen solo parte del virus y las vacunas conjugadas son un virus diferente pero que tiene un recubrimiento igual al del virus en cuestión. Todos estos tipos estimulan el cuerpo para que genere efectos neutralizadores.

Hasta octubre de 2020, el tipo de vacuna inactivada es la opción más probable para la COVID-19. Hay muchas compañías farmacéuticas de todo el mundo trabajando en el desarrollo de una vacuna para la COVID-19. La vacuna podría requerir varias dosis para alcanzar efectividad en el cuerpo. Se desconoce con qué frecuencia deberá recibirse la vacuna.

Reflexiones sobre las vacunas

Durante la primera pandemia de SARS en la década de 1970, la vacuna que se desarrolló se asoció con un aumento de la incidencia del síndrome de Guillain Barré, una enfermedad neurológica que causa parálisis, habitualmente con cierta resolución. Se determinó que había un defecto en la forma de fabricación de la vacuna. Desde hace mucho tiempo, el proceso de desarrollo de vacunas ha cambiado. Las vacunas actuales se cultivan en huevos; se le preguntará si tiene alergia a los huevos antes de aplicarle una vacuna. Hable con su profesional de cuidados de la salud antes de recibir cualquier vacuna si tiene antecedentes de Guillain Barré o alergia a los huevos.

Estudios recientes de las vacunas muestran que las personas que reciben vacunas tienen menor riesgo de desarrollar el síndrome de Guillain Barré que si no recibieran las vacunas. Por ejemplo, el riesgo de contraer Guillain Barré es menor si se recibe la vacuna contra la gripe y mayor si no se la recibe.

Tratamientos para COVID-19

Los anticuerpos monoclonales son un tratamiento que se piensa que reduce la severidad y la duración de la COVID-19 en las personas. Estos anticuerpos monoclonales se fijan a las espigas del coronavirus e impiden que el virus ingrese a las células del cuerpo.

Los anticuerpos naturales generados por personas que se han recuperado de COVID-19 se obtienen del plasma de su sangre; se reproducen y se replican (clonan) en un laboratorio. Mono significa un tipo. Clonal significa clonado o duplicado. Un tratamiento podría contener varios anticuerpos monoclonales diferentes que se administran por vía intravenosa a una persona que tiene COVID-19 pero no puede generar suficientes anticuerpos naturales por sí sola. Esta técnica de tratamiento se usa de manera extensiva en personas que están bajo tratamiento por cáncer con pocos efectos secundarios. La teoría es que se obtendrán los mismos resultados, con pocos efectos secundarios, para personas con COVID-19; sin embargo, esta teoría actualmente está en investigación.

Los antivirales son medicamentos que inhiben los virus para que no ingresen al cuerpo. No destruyen los virus, pero al impedirles el ingreso a las células del cuerpo, evitan que se repliquen. Hay varias compañías que están creando medicamentos antivirales como tratamiento para la COVID-19; todavía no se ha demostrado su plena efectividad. La hidroxicloroquina y la cloroquina son tratamientos descartados para la COVID-19 y no deben utilizarse.

Plasma

Las personas que han tenido COVID-19 y ahora están bien, tienen anticuerpos para este virus específico en el sistema sanguíneo porque su sistema inmunológico desarrolló anticuerpos naturales. Se puede hacer una transfusión de plasma de un donante a una persona que tiene COVID-19 pero que no está generando anticuerpos satisfactorios u oportunos. Este proceso ha reforzado el sistema inmunológico de las personas que recibieron la transfusión.

Otros medicamentos para tratamiento de COVID-19

De forma casual, algunos medicamentos que las personas reciben para otras afecciones se han relacionado con una atenuación del curso de la COVID-19. No hay ningún estudio científico de esos medicamentos, pero se han informado casos anecdóticos. No se debe iniciar el uso de esos medicamentos; consulte con su profesional de cuidados de la salud antes de comenzar a usar cualquier medicamento o suplemento dietético. Cualquier nuevo medicamento o suplemento puede interferir con sus medicamentos normales o causar una sobredosis tóxica.

La aspirina disminuye los riesgos de formar coágulos de sangre y reduce la inflamación.

La dexametasona es un antiinflamatorio y es probable que reduzca los efectos inflamatorios de la COVID-19.

El oxígeno realmente es una medicación. Se proporciona oxígeno adicional al cuerpo si no se lo puede incorporar en suficiente cantidad a través de la respiración normal.

Se piensa que la melatonina refuerza el sistema inmunológico al permitir obtener un buen sueño nocturno. No se ha investigado si ayuda o no a aumentar el sistema inmunológico.

Se ha observado que la famotidina tomada a largo plazo para la enfermedad de reflujo gástrico (ardor estomacal) antes del inicio de la COVID-19 puede reducir la necesidad de atención en una UCI y el número de muertos. No hay ninguna investigación revisada por pares; se trata de información anecdótica.

La vitamina D refuerza el sistema inmunológico si uno tiene insuficiente vitamina D; no se debe tomar esta vitamina simplemente de manera aleatoria. Consulte con su profesional de cuidados de la salud para ver si tiene deficiencia de vitamina D. La vitamina D puede ser tóxica y no se ha estudiado si hace que una persona sea menos susceptible a la COVID-19.

Se sospecha que el zinc acorta el tiempo de infección, pero no se lo ha investigado para este propósito.

Otros tratamientos

Los tratamientos que se proporcionan a las personas con COVID-19 varían desde los cuidados en la casa con medicamentos como los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para brindar comodidad hasta la hospitalización y los cuidados intensivos. Los tratamientos son individuales para cada caso.

Es posible que se requiera ventilación mecánica o respiración asistida con un respirador si la respiración propia deja de ser efectiva; esto puede ser temporal o a largo plazo. Los aparatos de asistencia podrían ser presión positiva continua en las vías aéreas (CPAP, por sus siglas en inglés), presión positiva binivel en las vías aéreas (BiPAP, por sus siglas en inglés) o ventilación mecánica a través de la boca o a través de una traqueostomía (abertura quirúrgica).

Se suministra diálisis a las personas con insuficiencia renal; esto puede ser temporal o a largo plazo.

Rehabilitación después de la COVID-19 con lesión medular

Muchas personas que tienen COVID-19 moderada a severa requerirán terapias de rehabilitación a largo plazo. Las restricciones gubernamentales se han facilitado para permitir que esos sobrevivientes accedan a cuidados en instituciones de rehabilitación.

Algunos de los profesionales que podrían participar en sus cuidados son los siguientes:

Un fisiatra es un doctor que se especializa en la medicina física y la rehabilitación. Esta persona trabajará directamente con usted para que obtenga la terapia y los tratamientos necesarios para mejorar física y psicológicamente.

El internista o médico generalista es su profesional de cuidados de la salud habitual que hará un seguimiento de su progreso para que regrese a su atención médica de rutina.

El neumonólogo es un especialista médico en cuidados respiratorios que puede ayudarle a pasar a respirar por sí solo con equipos respiradores complementarios según sea necesario.

El terapeuta respiratorio es un profesional que dará seguimiento a su capacidad de respirar y asistirá con la desconexión gradual de los dispositivos de respiración asistida.

Un enfermero de rehabilitación diplomado asiste con la integración de nuevas técnicas para generar independencia en las actividades de la vida diaria, los medicamentos y los tratamientos.

El fisioterapeuta asiste con el progreso de la motricidad gruesa, incluidos el fortalecimiento, el equilibrio y el movimiento.

El terapeuta ocupacional asiste con el progreso de la motricidad fina, incluidos el fortalecimiento y las actividades de la vida diaria.

Un terapeuta del habla asistirá con las vocalizaciones y la deglución, en especial después de la ventilación mecánica a largo plazo o de una traqueostomía.

Un psicólogo es sumamente útil para personas que han tenido problemas de salud traumáticos o crónicos. Esta persona puede asistirlo a usted y a su familia para lidiar con el reingreso a la vida.

Un enfermero de diálisis lo asistirá en la diálisis a largo plazo o le enseñará a realizar la diálisis en su casa si tiene problemas renales.

Un dietista lo ayudará a crear una dieta que usted pueda tolerar con los nutrientes necesarios para recuperar la fuerza y la salud.

Cómo protegerse de la COVID-19

Al igual que con cualquier enfermedad o afección, la prevención es un buen inicio. En el caso de las personas inmunodeprimidas, como quienes tienen una lesión de la médula espinal o tienen las complicaciones secundarias de una LME que pueden aumentar el riesgo de un caso grave de COVID-19, hay precauciones que pueden tomarse para reducir las posibilidades de contraer este virus.

Otras consideraciones

El cuerpo debe estar protegido de enfermedades, en especial de los virus, para impedirles que ingresen a las células del cuerpo. Tener una infección, ya sea bacteriana o viral, reducirá la capacidad de su sistema inmunológico para combatir la COVID-19. Múltiples infecciones suponen un desafío para su sistema inmunológico.

Las vacunas contra la gripe son prevenciones importantes para las personas inmunodeprimidas porque le brindan al cuerpo la inmunidad necesaria para las cepas de gripe que se sospechan cada año. Uno desarrolla inmunidad para diversas cepas de gripe con cada vacunación contra la gripe. Estas vacunaciones se proporcionan una o dos veces al año. Hay de dos potencias: la potencia normal y una versión más potente para personas de mayor edad o inmunodeprimidas.

La vacunación contra la neumonía es fundamental para brindar protección contra las bacterias y los virus que pueden dar lugar a una neumonía, que es frecuente en las personas con una lesión de la médula espinal debido a que la respiración profunda y la tos para limpiar los residuos de los pulmones no son efectivas. La vacunación contra la neumonía se suministra cada 10 años.

Evite usar la boca para asistencia funcional

Muchas personas con lesión de la médula espinal en niveles más altos usan la boca para asistirse con las actividades. Deberá dejar de hacer esto cuando esté fuera de su casa, ya que la boca es una puerta de ingreso principal para que la COVID-19 ingrese al cuerpo.

Use una mascarilla

El uso de una mascarilla es necesario si sale de su casa o su espacio al aire libre personal. Debido a la inmunodepresión, las personas con una lesión de la médula espinal, otras enfermedades crónicas o factores de riesgo son particularmente vulnerables.

Los niños menores de 2 años de edad o los que tienen compromiso respiratorio no deben usar una mascarilla para garantizar que no se altere su respiración. Cualquier persona que tenga compromiso respiratorio no debe usar una mascarilla, pero debe practicar la protección en el lugar y el distanciamiento social. Si su respiración está comprometida, el riesgo de que una mascarilla limite su flujo de aire es alto. Volver a respirar el aire exhalado puede producir somnolencia y finalmente la muerte. Si no puede reconocer la falta de oxígeno debido a la somnolencia o no puede usar las manos para quitarse la mascarilla, las consecuencias son enormes.

Los niños de más de dos años de edad sin compromiso respiratorio deben usar una mascarilla si salen de la casa. Se los deberá observar para garantizar que respiren en condiciones de seguridad, que mantengan la posición de la mascarilla y que no se les enrede alrededor del cuello.

Para usar correctamente una mascarilla, la nariz y la boca deben estar cubiertas y todos los lados deben estar en contacto con la piel. Las mascarillas con pliegues deben usarse con los pliegues orientados hacia abajo. Debe asegurarse de que los lazos para las orejas no estén tan apretados que causen una lesión por presión detrás de la oreja ni tan apretados que tiren de las orejas y les causen fatiga.

Para quitarse la mascarilla, suelte los cordones o los lazos de alrededor de las orejas mientras sostiene la mascarilla muy del borde o mientras toca apenas el interior de la mascarilla. Evite tocar el frente externo de la mascarilla ya que ahí es donde es posible que se hayan recolectado gérmenes. Tire de la mascarilla hacia abajo con suavidad, retirándola de la boca y la nariz. Si la mascarilla es desechable, pliéguela sobre ella misma de modo que la parte delantera quede en el interior y deséchela de manera apropiada. Lleve una bolsa consigo si no hay un recipiente para desechos, como cuando sube al automóvil. Las mascarillas de tela también deben colocarse en una bolsa plástica hasta que se puedan depositar en la lavadora para la limpieza. Las mascarillas de tela deben lavarse después de cada uso. Las desechables deben desecharse de manera apropiada después de cada uso.

Lavado de manos y lavado del rostro

Es necesario tener las manos limpias en caso de tocarse el rostro, ya que transportan gérmenes, el virus de COVID-19 y todas las demás bacterias y virus hasta los principales puntos de entrada del cuerpo: ojos, nariz y boca. Si usa un catéter, cumple un programa para evacuar los intestinos o tiene una lesión por presión abierta, esos también pueden ser puntos de entrada susceptibles.

Asegúrese de seguir reglas estrictas de lavado de manos con gran frecuencia y disfrutando de hacerlo. El lavado de manos es esencial para evitar infecciones. Con una lesión de la médula espinal, es esencial no solo en general sino, además, en las actividades de cuidado personal. Un lavado de manos efectivo se basa en tres principios: agua corriente tibia, jabón y fricción. Lávese las manos durante al menos 20 segundos y hasta el tiempo que lleva cantar el Feliz Cumpleaños dos veces. Gloria Gaynor tiene una reproducción maravillosa de su éxito, I Will Survive, mientras se lava las manos; hace que lavarse las manos sea mucho más divertido.

El desinfectante para manos funciona bien cuando uno está fuera de casa; es efectivo si contiene un 60 % de alcohol, de acuerdo con las pautas de los CDC. Un 70 % de alcohol es mejor. Se pueden elaborar las propias toallitas si se colocan toallitas de papel húmedas y enjabonadas en una bolsa hermética o un recipiente para guardar alimentos. También necesitará toallas de papel húmedas para enjuagarse y algunas toallas de papel secas para secarse. Y…, sí, hay que cargar con muchas cosas, pero es mejor que contraer un virus.

Debido a la altura de la silla de ruedas, usted está en desventaja, ya que tiene la cabeza a menos altura que la mayoría de las personas que están de pie. Esto lo coloca en una posición vulnerable. Después de estar fuera de casa o de interactuar con otras personas, lávese el rostro además de las manos. Recuerde, el rostro tiene membranas mucosas que permiten el ingreso de virus y bacterias. Lávese primero las manos y después el rostro, comenzando con los párpados para seguir con el resto. Use una toalla limpia cada vez que se lava el rostro. Una protección para el rostro, cerrada en la frente, puede resultar útil para proteger los ojos. Se debe usar una mascarilla con la protección para el rostro.

Lave las ruedas y los aros o páseles toallitas desinfectantes antes de ingresar en su casa. Lave lo que pueda, haga rodar hacia adelante o hacia atrás y lave el resto de los aros y las ruedas hasta que haya terminado con todo. Haga lo mismo con los bastones y caminadores. Si camina, use un calzado para salir que se mantenga afuera y que no se use dentro de la casa.

Distancia social

Mantenga distancia social de al menos seis pies (1,80 m) con respecto a otras personas. Si está en una situación donde hay personas que cantan, gritan, aclaman o hablan en voz alta, las exhalaciones pueden desplazarse más, lo que requiere que usted esté más alejado, como de 12 a 20 pies (3,50 a 6 m) o más.

Las personas que están en una posición vulnerable porque usan equipos alternativos para la movilidad, como una silla de ruedas, están por debajo de las gotitas respiratorias de otras personas. El distanciamiento social es muy importante para mantenerse fuera del campo de la exhalación respiratoria de otras personas; eso es un mínimo de seis pies (1,80 m) de distancia. Además de lavarse las manos, lávese el rostro, comenzando por los ojos, con agua tibia y jabón sobre el rostro, después de las manos.

Evite las aglomeraciones. Eso va a resultar un desafío para todos ya que nos gusta socializar. Hay que pensar en otras maneras para reunirse. Las redes sociales realmente entrarán en juego ahora, sin olvidar el antiguo teléfono para el contacto vocal. Comuníquese para verificar cómo están sus vecinos, independientemente de la edad o las capacidades.

Está bien salir al exterior en áreas sin aglomeraciones. Tomar algo de sol y aire fresco es atractivo para cualquier persona; es suficiente con unos pocos minutos de luz solar para aumentar la vitamina D del cuerpo. No comience a tomar suplementos a menos que se determine que tiene necesidad de hacerlo, ya que algunos, como la vitamina D, pueden ser tóxicos. Su proveedor de cuidados de la salud puede determinar su necesidad a través de análisis de sangre. El agregado de cualquier suplemento puede provocar conflictos con sus medicamentos.

El simple hecho de que haya oportunidades disponibles para salir al mundo no significa que tenga obligación de salir. Podría elegir hacerlo, pero recuerde evaluar los riesgos frente a los beneficios. El riesgo de salir con otras personas es la COVID-19; el beneficio de quedarse en casa durante la pandemia de COVID-19 es la salud.

Evite a las personas que hayan estado en grupos grandes, que hayan viajado recientemente o que tengan exposición a la COVID-19 y a otros resfriados y gripes. Pautas recientes sugieren que los grupos deben tener menos de 50 personas; los científicos sugieren incluso números menores. Algunos dicen que las reuniones no deben contar con más de 10 personas. Uno de los puntos clave para contraer COVID-19 se encuentra en grupos pequeños, incluso grupos familiares.

Superficies limpias

La COVID-19 se propaga mayormente a través de gotitas respiratorias, pero esas gotitas caen y aterrizan sobre las superficies. Mantenga las superficies limpias con toallitas desinfectantes o lavados con agua y jabón. Esto puede incluir los aros de la silla de ruedas, los bastones y caminadores, otros aparatos de asistencia, los picaportes de puertas y automóviles, los mostradores, las llaves, los pasamanos o cualquier otra superficie que usted podría tocar.

Guantes

Puede decidir usar guantes desechables cuando está fuera de casa. Algunas personas pueden usar guantes desechables para hacer girar las ruedas de la silla cuando están fuera de casa. Solo debe recordar no usar la boca para quitarse los guantes y no tocarse el rostro mientras los tiene colocados. Los guantes no lo eximen del lavado de manos.

Debido a que muchas personas usan los guantes de manera incorrecta, se ha pensado que propagan más la enfermedad. La gente tiende a pensar que el uso de guantes proporciona seguridad, pero los guantes solo son efectivos si uno toca una cosa y después se cambia los guantes. Además, recuerde que cuando tiene los guantes colocados no debe contaminarse a sí mismo al tocarse el rostro, al igual que no debe tocarse el rostro con las manos desnudas. Las personas con una lesión de la médula espinal que usan un catéter realizan un programa para evacuar los intestinos o tienen una lesión abierta como una lesión por presión también corren riesgos.

El proceso de extracción hace que los guantes sean ineficientes y promueve una falsa sensación de invencibilidad cuando se tienen los guantes colocados. Si decide usar guantes, colóqueselos como lo haría con cualquier guante, pero ubique las manos hacia abajo a la altura de la cintura, lejos del rostro.

Al quitarse los guantes, otra vez, sostenga las manos hacia abajo a la altura de la cintura, lejos del rostro. Con la mano enguantada, pellizque el exterior del guante de una mano cerca de la parte interna de la muñeca, pero sin tocar la piel, solo toque el guante. Tire del guante hacia abajo y quítelo dándole vuelta para que el interior quede afuera. Mantenga el guante que quitó amontonado en la mano enguantada. Después, coloque la mano desnuda en el interior en la parte superior del guante restante en la parte interna de la muñeca y deslícelo hacia abajo con cuidado para retirarlo. El primer guante quedará así dentro del segundo guante, que ahora está del revés, de modo que funcionará como una pequeña bolsa plástica para guardar su desecho hasta que lo pueda eliminar de manera apropiada. No chasquee los guantes ni se los quite con un ademán ostentoso. Tiene que mantener los gérmenes contenidos. Lávese las manos de inmediato o use un desinfectante para manos.

Cuidadores y visitas

Todas las visitas deben quitarse el calzado en la puerta. Al ingresar a su casa, los cuidadores o las visitas deben lavarse las manos meticulosamente. Los cuidadores y las visitas, en particular los que no comparten la vivienda con usted, deben usar una mascarilla, en especial cuando le proveen cuidados.

Un cuidador debe cambiarse y ponerse ropa limpia al ingresar a su casa; puede traer ropa recién lavada en una bolsa autosellante.

Hable con su cuidador sobre el modo de vida que lleva fuera de su casa; podría ser necesario organizarse de otra manera si se determina que no tiene precauciones en su vida personal.

Salud general

Tome líquidos según las restricciones de su programa para la vejiga; puede hacerlo libremente si no tiene restricciones para la vejiga ni otros problemas de salud. El agua es el mejor líquido ya que hidrata el cuerpo y lo mantiene saludable y en buen funcionamiento. La hidratación siempre es importante. Debido a los programas para la vejiga, puede resultar difícil tomar más agua que lo que le han asignado. NO abrume su sistema, pero intente tomar apenas un sorbo de agua adicional cada hora mientras esté despierto. Esto puede aumentar un aumento de la hidratación que su cuerpo necesita sin afectar demasiado el programa de la vejiga.

Aliméntese con una dieta bien equilibrada. Esto también mantiene el cuerpo en buena salud y funcionamiento. Consulte con un dietista para asegurarse de estar obteniendo los nutrientes correctos para sus necesidades individuales. Hay abundante información sobre los efectos de la dieta para el sistema inmunológico. Alimentarse con una dieta bien equilibrada es beneficioso para todos. Los alimentos que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico incluyen la espinaca, el kale fresco (col crespa), la acelga, los pimientos, las fresas y los hongos. Estos alimentos tienen los mismos beneficios cuando están congelados. Fortalecer el sistema inmunológico a través de la dieta lleva tiempo; una comida es un comienzo, pero lleva tiempo cosechar los beneficios.

Priorice el ejercicio

Si no hace ejercicios, es momento de comenzar con la capacidad de movimiento. Comience lentamente pero con el tiempo ejercítese hasta tres veces al día. Hable con su profesional de cuidados de la salud sobre un buen programa de ejercicios y para asegurarse de estar preparado para hacer ejercicios.

Ejercite el cuerpo, en especial la parte que tiene funciones reducidas. El cuerpo por encima y por debajo del nivel de la lesión anhela movimiento. Esto puede reforzar su sistema inmunológico, mejorar la circulación, reducir las contracturas y el tono (espasmos) y mejorar el bienestar mental. Podría estar más saludable al terminar la pandemia que cuando la pandemia comenzó.

Higiene del sueño

Un buen sueño nocturno refuerza el sistema inmunológico del cuerpo; les brinda al cerebro y al cuerpo tiempo para descansar y reprocesarse. Mantenga el televisor y la música apagados para que el cerebro no se altere. No use dispositivos electrónicos durante dos a cuatro horas antes de irse a la cama o por la noche. Intente irse a la cama a la misma hora y levantarse a la misma hora. Estos hábitos crean un sueño mejor y más descansado.

Mantenga su salud mental

Trate de mejorar o mantener el bienestar mental. Mantenga la mente en buen estado al igual que mantiene en buen estado el cuerpo. Esto puede incluir aumentar los horizontes y las actividades para buscar orientación que ayude a mejorar las habilidades de tolerancia, en especial mientras practica el distanciamiento social.

Involúcrese con la gente.

Hable con otras personas y conéctese de formas nuevas, por teléfono o con la computadora.

El distanciamiento social no significa aislamiento social.

Si la pandemia le resulta abrumadora o si tiene dificultad con la tristeza, la depresión, el aislamiento u otras situaciones, llame a su proveedor de cuidados de la salud para pedir asistencia. También puede enviar mensajes de texto a la línea de texto para crisis al 741741 o puede llamar a la línea nacional de prevención del suicidio al 1-800-273-8255. Boys Town tiene una línea gratuita dentro de los EE. UU. para personas que llaman que estén en crisis o sean suicidas: 866-697-8394.

Cómo proteger el sistema respiratorio

Toser ayuda a mantener los pulmones limpios de residuos como la mucosidad y las partículas que ingresan a los pulmones mientras se respira; también ayuda a impedir que los virus y las bacterias se instalen en los pulmones. No va a evitar por completo que usted se enferme, pero puede ayudar a movilizar los residuos y extraerlos de los pulmones. Haga tres respiraciones profundas seguidas de una tos al menos cuatro veces al día.

Cubra la tos y los estornudos usando un pañuelo de papel que deberá desechar de inmediato en un recipiente para residuos. No guarde los pañuelos de papel de un uso a otro. Después, lávese las manos. Una alternativa es toser en el interior del codo para evitar propagar gérmenes a otras personas. Después, lávese las manos.

Si tiene un espirómetro de incentivo de su estadía en el hospital o en rehabilitación, ha llegado el momento de usarlo. También lo puede comprar en línea. Se trata de un dispositivo plástico habitualmente con tres bolas cada una en una cámara. Ingrese aire en los pulmones mientras usa la boquilla para hacer que las bolas circulen hacia arriba en las cámaras. Intente mantener las bolas arriba mientras inspira; comience de a poco y aumente la tolerancia. Esto puede ayudar a reducir las gripes y los resfriados al mantener los pulmones despejados y sanos. Lave a diario la boquilla y los tubos del espirómetro de incentivo con agua y jabón.

Cómo obtener suministros

Todos necesitamos suministros. Los servicios de entrega de productos y alimentos son muy útiles. Haga que le dejen el paquete en la puerta y llévelo adentro después de la entrega. Las recogidas desde el automóvil y a distancia también son útiles. Use la mascarilla; lávese las manos o use un desinfectante para manos después de tocar y retirar cualquier empaque.

Si realmente debe ir a la tienda, comience en el lugar donde estén las toallitas para limpiar los carritos. La mayoría de las tiendas hacen que usted tome su carrito y, después, lo limpian. Una vez que haya tocado el carrito, ¡habrá recogido los gérmenes! Comience con las toallitas para limpiar, límpiese las manos con ellas, use toallitas nuevas para limpiar la barra para empujar el carrito y, después, use el carrito. Si tiene acceso a las toallitas para las manos en la salida, vuelva a limpiarse las manos al salir.

Los guantes desechables de bajo costo son excelentes en la tienda de alimentos debido a la manipulación de productos. No se deje llevar por el uso de los guantes: no puede tocarse el rostro incluso cuando tenga puestos los guantes.

Cuente con familiares y amigos para que lo ayuden cuando esté fuera de su casa y que le hagan compras y diligencias cuando sea posible.

Manténgase positivo y precavido

Hay algunas cosas que pueden ayudarlo a adaptarse a este cambio en la vida. Primero, levántese a una hora regular todos los días. La mayoría de las personas ya lo hacen, pero es muy fácil acurrucarse apenas un poco más cuando no hay que salir de casa. Los horarios regulares para levantarse e irse a la cama le ayudarán al cuerpo y a la mente. Esto también puede mejorar su patrón de sueño.

Segundo, vístase. Cámbiese de ropa por la mañana para indicarse a sí mismo que es un nuevo día. Ocasionalmente, use algo bonito, incluso si no puede salir o decide no hacerlo.

Tercero, preste atención a la higiene personal. Quizá no vaya a salir o a ver a alguien en persona, pero su salud general y su bienestar mental verán con agrado la limpieza personal.

Estructure su día

Hay varias maneras de organizar el día. Para algunas personas que salen a diario para realizar actividades o para trabajar, quedarse en casa es como un fin de semana largo o una vacación, hasta que se dan cuenta de que no se ha establecido una fecha para el regreso a la rutina. Puede volverse sencillo no hacer nada, lo que puede dar lugar al aburrimiento y aumentar la ansiedad. Si se crea una nueva rutina, se ayuda con la continuidad, de modo que aunque nadie pueda controlar el mundo externo, se pueden controlar las actividades personales propias.

Poner cierta estructura autoimpuesta en el día podría ser su opción. Después de una lesión de la médula espinal, hay cierta estructura que debe tener lugar, como el cuidado de la vejiga, los programas de los intestinos y el cuidado de la piel. Usted ya tiene esas actividades integradas a su día. Sin una rutina regular, estas actividades pueden irse deslizando hasta un punto en que la rutina deja de respetarse; esto puede dar lugar a complicaciones innecesarias. Asegúrese de aferrarse a su rutina diaria para los cuidados incluso aunque las señales habituales que usa para iniciar la actividad no estén allí.

Cree un programa para usted. Desglose las tareas en pasos simples que deban cumplirse en el transcurso de días o semanas para no aburrirse o abrumarse con ninguna actividad en particular. Si se circunscribe a una sola actividad, podría olvidar cateterizarse, hacer los alivios de la presión o incluso comer de manera oportuna. Por otro lado, las personas que ahora están en casa y pueden elegir qué y cuándo hacer algo, tienden a comer con demasiada frecuencia o a tomar refrigerios continuamente. Un programa para su nuevo contexto puede ser de ayuda.

Piense en cosas que le gustaría lograr. Podría ser algo nuevo que antes no tenía tiempo de hacer. Cree una rutina diaria que incluya el cuidado personal, el trabajo o la escuela. Incluya actividades que usted deba realizar. Después, agregue las actividades elegidas. Por ejemplo, sin salir de casa, podría encontrar que tiene tiempo adicional durante el día que antes usaba para ir y venir o quizá no está haciendo compras sino que hace pedidos en línea o tiene un vecino que las hace por usted. Como nos estamos quedando en casa, podría tener más tiempo para entretenerse.

Organice su día al azar

A algunas personas no les gustan las estructuras. Igualmente, puede organizar su día para asegurar la salud sin un programa estricto. Deberá realizar el cuidado personal, el trabajo y la escolaridad de rutina, pero en su tiempo libre, elija algunas actividades que le gustaría realizar. Escríbalas en trozos de papel y colóquelos en un recipiente. Puede extraerlos cuando sea necesario y comenzar esa tarea. Esto le agrega un elemento de novedad al día. Este enfoque les resultará mucho más agradable a quienes agradecen menos rigidez.

Mezcle la estructura y el azar en su día

Las personas generalmente prefieren un poco de ambos, estructura y azar, de modo que pueden mezclarlos o cambiar entre ambos. No se sienta obligado por un conjunto estricto de reglas, pero sí debe vivir la vida. El aspecto importante es mantenerse trabajando para realizar tareas o cumplir objetivos, de modo que debe tener un sentido de logro en lugar de simplemente dejar pasar las horas. Algún tipo de plan o estructura puede contribuir a reducir el estrés en tiempos de incertidumbre.

Investigaciones sobre la COVID-19

Los efectos de la COVID-19 son numerosos. Como el virus es nuevo, se está realizando un estudio del gobierno de los EE. UU. para evaluar los efectos a largo plazo. Este estudio se llama COVID-19 Observational Study (CORAL). Está siendo realizado por los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NIH y NHLBI, por sus siglas en inglés). Al ser una persona con una lesión de la médula espinal, si contrae el virus de la COVID-19 podría elegir participar en este estudio, que será crucial para ver cómo se ven afectadas las personas que viven con LME.

Los esfuerzos de investigación actuales están centrados en las vacunas y los tratamientos debido a la gravedad de la enfermedad y la rápida propagación. El estudio CORAL ayudará a entender los efectos a largo plazo. Informes inherentes indican que las personas que sobreviven a la COVID-19 pueden tener problemas a largo plazo de fatiga, falta de aire, dolor muscular, confusión, dolores de cabeza y alucinaciones. Otros problemas incluyen inflamación del corazón y desgaste muscular, inflamación de los pulmones, incluida una tos seca crónica, falta de aire y dolor al respirar. Algunas personas necesitarán asistencia respiratoria a largo plazo. El sistema nervioso puede verse afectado con dolores de cabeza, mareos, problemas para concentrarse y para recordar información. Asimismo, los coágulos de sangre son un problema.

Se están analizando los efectos a corto y largo plazo de la COVID-19. Investigaciones de China indicaron que algunas personas que han tenido COVID-19 tienen lesiones pulmonares a largo plazo que causan dificultad para respirar y cardiomiopatía (enfermedad del músculo del corazón) que causa arritmias (latidos cardíacos irregulares).

Hay muchos medicamentos y vacunas están en diversas etapas de investigación. Los estudios de medicamentos siguen tres fases de ensayos clínicos con seres humanos.

La fase I es directamente de estudios del laboratorio (sin seres humanos). Este es un ensayo de un tratamiento o vacuna que primero se usa en seres humanos. Se hace solo para determinar la seguridad.

Los de fase II son estudios que han aprobado la prueba de seguridad de la fase I y usan números bajos para evaluar la dosificación correcta.

Los estudios de fase III involucran números más altos y buscan efectos adversos que podrían resultar como una posibilidad del tratamiento o la vacuna.

A veces se declara el Uso Humanitario después de los ensayos de fase II (rara vez después de la fase I), en el caso de enfermedades mortales para las que no existe ninguna otra alternativa. Algunos de los tratamientos en desarrollo se están destinando a personas con casos severos de COVID-19 debido a la falta de opciones de tratamiento.

Muchas compañías de todo el mundo están desarrollando tratamientos para la COVID-19. Algunos de estos tratamientos se están desarrollando específicamente para la COVID-19 y otros son medicamentos existentes que se están rediseñando para COVID-19. Un ejemplo es el favipiravir de Fujifilm Toyama Chemical, que es un antiviral desarrollado para la prevención y el tratamiento del virus del Ébola y que se encuentra en estudio para la COVID-19. Otro es el óxido nitroso inhalado, que está en estudio porque se piensa que previene el ingreso de COVID-19 a las células.

Hechos y cifras

Para obtener información sobre el número de casos y las muertes por COVID-19 en los EE. UU., consulte el sitio web de los CDC Seguimiento de datos de COVID o Panel de información sobre COVID-19 de Johns Hopkins.

Para obtener información sobre el número de casos o muertes por COVID-19 en el mundo, consulte el Panel de Información sobre COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud.

El índice de muertes por neumonía, gripe y COVID-19 es del 7.2%.

Aproximadamente un 80% de las personas que contraen COVID-19 sobreviven a la enfermedad.

Recursos

Si necesita más información sobre la lesión del plexo braquial o tiene una pregunta específica, nuestros especialistas en información están disponibles de lunes a viernes de 7am a 12am ET, 800-539-7309 (línea gratuita dentro de los EE. UU.) o 973467-8270 (internacional).

Adicionalmente, la Fundación Reeve mantiene una hoja informativa sobre la vida con una lesión del plexo braquial y recursos adicionales de fuentes confiables. Chequee nuestro repositorio de hojas de información sobre cientos de temas como los recursos disponibles su estado/ país o enfermedades secundarias de la parálisis. Le recomendamos que se contacte con grupos de apoyo y organizaciones, incluyendo:

Recursos de la comunidad:

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades tienen los recursos más actualizados para información sobre COVID-19. Consulte ese sitio web antes de tomar decisiones sobre sus cuidados o tratamientos para ver la información más reciente. https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-nCoV/index.html

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